Captura y almacenamiento de carbono (CAC)

La captura y almacenamiento de carbono (CAC) es una tecnología cuyo objetivo es capturar las emisiones de dióxido de carbono de los procesos industriales y almacenarlas de forma segura para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. El proceso de CAC consta de tres etapas principales: captura, transporte y almacenamiento

En la fase de captura, el CO₂ se separa de los gases de combustión o de los flujos de gases residuales. Esto puede lograrse mediante diversos métodos, como la absorción o adsorción química o física, la filtración por membrana o la destilación a baja temperatura. A continuación, el CO₂ separado se transporta a los lugares de almacenamiento en medios de transporte adecuados, como tuberías o tanques.

El almacenamiento tiene lugar en formaciones geológicas, tales como formaciones rocosas subterráneas profundas portadoras de agua, domos salinos, en yacimientos o minas de petróleo y gas, y en el lecho marino (Öko-Institut e. V., 2007).

La CAC permite reducir las emisiones de CO₂ y contribuye a la descarbonización de los sectores industrial y de generación de energía, ya que la captura y el almacenamiento de CO₂ evitan que cantidades significativas de gases de efecto invernadero entren en la atmósfera (CORDIS, 2011).